Televisión
1. Televisión
Según Primer Informe al País: el derecho a la información en Costa Rica realizado por el Observatorio de la Libertad de Expresión (OLE), el 80% de los costarricense consumen de dos a 4 horas de televisión diarias. “Costa Rica es una sociedad televisada. Los ticos usan la TV como biberón”, recalcó Pablo Barahona, director del Observatorio de la Libertad de Expresión. Este dato se opone a lo encontrado en la Encuesta de la Juventud en la cual, supuestamente, los jóvenes tienen un consumo más mesurado de la televisión, el 62.7% de los hombres jóvenes y el 63.4% de las mujeres jóvenes consumen menos de 10 horas semanales de televisión.
*Este informe es el resultado de la primera encuesta sobre el derecho a la información en el país. La encuesta fue realizada telefónicamente a un 65% de los hogares entre el 19 y el 27 de octubre del 2007 por el Observatorio de la Libertad de Expresión (OLE), con un margen de error del 3.8%.
Pero… ¿Será confiable preguntar por un consumo semanal de un medio de comunicación? Es mucho más confiable preguntar por un dato de consumo diario, más cercano, más práctico y más próximo al sujeto de estudio, en cambio si se pregunta por un consumo semanal, el sujeto de estudio se verá obligado a recabar en su mente y a crear un promedio que, no siempre, será acertado.
Es interesante reconocer esta divergencia que nos muestra, por un lado a una juventud que no consume tan asiduamente la televisión como la población en general y, por otro, a una juventud con espacios para emplear su tiempo en actividades de socialización reales, fuera del consumo tan individualizado y tan “hogareño y familiar” que caracteriza a la televisión.
Pablo Barahona del OLE habla de que la televisión es el primer socializador en Costa Rica, pero debería hablar de un socializador de carácter familiar, ya que, según la encuesta a la juventud, apenas un 5% de los hombres y un 6% de las mujeres ven televisión o ven películas con sus amigos y eso que se toma ese dato del cuadro de multirespuesta, porque si se analiza el cuadro de primera mención la televisión como socializador, es decir, como actividad que se realiza con los amigos, cae a un 3.5% en los hombres y un 4.5% en las mujeres. De este modo, se pone en duda de si es o no la televisión un primer socializador en el país, al menos para los jóvenes, o al menos un socializador que extralimite lo familiar.
De ahí que surja la interrogante de ¿Para qué van a ver televisión con sus amigos lo jóvenes si, según el informe del PROSIC del 2007, un 94% de los hogares costarricenses tienen televisión en sus casas? Lo cierto es que tradicionalmente la televisión ha sido un medio para consumo familiar más que un socializador por excelencia. Si generalizamos, diríamos que desde la infancia los jóvenes se acostumbran a que la televisión sea un acompañante en los momentos en que sus padres están ocupados o ausentes, mientras que sus amigos presentan una alternativa, y principalmente en la época de la adolescencia, para dedicarse a otras actividades como salir al cine, jugar videojuegos, practicar deportes, estudiar o navegar en internet.
Por ello, encontramos que la televisión es un medio de comunicación predilecto para el consumo individual, más que para la sociabilización. Otros estudios han tratado al televisor como un miembro más de la familia, incluso llegando a llamarle "el tercer padre" (Florenzano, 1995). Sin embargo, esto es sólo una frase subjetiva y exagerada si la acompañamos con las tímidas cifras de la Encuesta de la Juventud. Según aquella, casi dos tercios de la población joven no alcanzan ni siquiera las 10 horas semanales de dosis televisiva. Sin duda, un tercer padre muy ausente.
Si bien, respaldándose en los datos anteriores no superará aquel 80% que mencionaba el OLE, existe un consumo importante de televisión en el caso de los jóvenes que respondieron afirmativamente su tendencia de ver entre 2 y 4 horas de televisión diarias.
Según la encuesta a la juventud un 33.5% de los hombres y un 33.8% de las mujeres jóvenes consumen más de 11 horas semanales de televisión. Y si tomamos en cuenta que sólo un 5% de los hombres y un 6% de las mujeres ven televisión o ven películas con sus amigos como primera opción y en multirespuesta un 3.5% en los hombres y un 4.5% en las mujeres, del 96.2% de los hombres y del 97.2% de las mujeres que aceptaron ver entre una y más de veinte horas de televisión semanal, hablamos de la televisión como un medio de consumo individual, personalizado y hogareño. ¿Será que prima el individualismo en el tiempo libre sobre la interacción social?
Este video muestra algunas de las preferencias de la televisión en los jóvenes, y su poco interés en las noticias informativas. Hecho en España, el estudio tiene muchas similitudes cualitativas con el perfil del joven tico.
Según Primer Informe al País: el derecho a la información en Costa Rica realizado por el Observatorio de la Libertad de Expresión (OLE), el 80% de los costarricense consumen de dos a 4 horas de televisión diarias. “Costa Rica es una sociedad televisada. Los ticos usan la TV como biberón”, recalcó Pablo Barahona, director del Observatorio de la Libertad de Expresión. Este dato se opone a lo encontrado en la Encuesta de la Juventud en la cual, supuestamente, los jóvenes tienen un consumo más mesurado de la televisión, el 62.7% de los hombres jóvenes y el 63.4% de las mujeres jóvenes consumen menos de 10 horas semanales de televisión.
*Este informe es el resultado de la primera encuesta sobre el derecho a la información en el país. La encuesta fue realizada telefónicamente a un 65% de los hogares entre el 19 y el 27 de octubre del 2007 por el Observatorio de la Libertad de Expresión (OLE), con un margen de error del 3.8%.
Pero… ¿Será confiable preguntar por un consumo semanal de un medio de comunicación? Es mucho más confiable preguntar por un dato de consumo diario, más cercano, más práctico y más próximo al sujeto de estudio, en cambio si se pregunta por un consumo semanal, el sujeto de estudio se verá obligado a recabar en su mente y a crear un promedio que, no siempre, será acertado.
Es interesante reconocer esta divergencia que nos muestra, por un lado a una juventud que no consume tan asiduamente la televisión como la población en general y, por otro, a una juventud con espacios para emplear su tiempo en actividades de socialización reales, fuera del consumo tan individualizado y tan “hogareño y familiar” que caracteriza a la televisión.
Pablo Barahona del OLE habla de que la televisión es el primer socializador en Costa Rica, pero debería hablar de un socializador de carácter familiar, ya que, según la encuesta a la juventud, apenas un 5% de los hombres y un 6% de las mujeres ven televisión o ven películas con sus amigos y eso que se toma ese dato del cuadro de multirespuesta, porque si se analiza el cuadro de primera mención la televisión como socializador, es decir, como actividad que se realiza con los amigos, cae a un 3.5% en los hombres y un 4.5% en las mujeres. De este modo, se pone en duda de si es o no la televisión un primer socializador en el país, al menos para los jóvenes, o al menos un socializador que extralimite lo familiar.
De ahí que surja la interrogante de ¿Para qué van a ver televisión con sus amigos lo jóvenes si, según el informe del PROSIC del 2007, un 94% de los hogares costarricenses tienen televisión en sus casas? Lo cierto es que tradicionalmente la televisión ha sido un medio para consumo familiar más que un socializador por excelencia. Si generalizamos, diríamos que desde la infancia los jóvenes se acostumbran a que la televisión sea un acompañante en los momentos en que sus padres están ocupados o ausentes, mientras que sus amigos presentan una alternativa, y principalmente en la época de la adolescencia, para dedicarse a otras actividades como salir al cine, jugar videojuegos, practicar deportes, estudiar o navegar en internet.
Por ello, encontramos que la televisión es un medio de comunicación predilecto para el consumo individual, más que para la sociabilización. Otros estudios han tratado al televisor como un miembro más de la familia, incluso llegando a llamarle "el tercer padre" (Florenzano, 1995). Sin embargo, esto es sólo una frase subjetiva y exagerada si la acompañamos con las tímidas cifras de la Encuesta de la Juventud. Según aquella, casi dos tercios de la población joven no alcanzan ni siquiera las 10 horas semanales de dosis televisiva. Sin duda, un tercer padre muy ausente.
Si bien, respaldándose en los datos anteriores no superará aquel 80% que mencionaba el OLE, existe un consumo importante de televisión en el caso de los jóvenes que respondieron afirmativamente su tendencia de ver entre 2 y 4 horas de televisión diarias.
Según la encuesta a la juventud un 33.5% de los hombres y un 33.8% de las mujeres jóvenes consumen más de 11 horas semanales de televisión. Y si tomamos en cuenta que sólo un 5% de los hombres y un 6% de las mujeres ven televisión o ven películas con sus amigos como primera opción y en multirespuesta un 3.5% en los hombres y un 4.5% en las mujeres, del 96.2% de los hombres y del 97.2% de las mujeres que aceptaron ver entre una y más de veinte horas de televisión semanal, hablamos de la televisión como un medio de consumo individual, personalizado y hogareño. ¿Será que prima el individualismo en el tiempo libre sobre la interacción social?
Este video muestra algunas de las preferencias de la televisión en los jóvenes, y su poco interés en las noticias informativas. Hecho en España, el estudio tiene muchas similitudes cualitativas con el perfil del joven tico.
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